LA RUBIA DE LOS OJOS NEGROS
Citemos esos otros libros que tienen a Marlowe como protagonista y no fueron escritos por Raymond Chandler aunque si autorizados por él o por sus herederos. Así, desde Hiber Conteris en
Ten percent of Life de 1987 a las
24 Historias Cortas editadas por Byron Preiss que incluía dos historias adicionales. A Rober B. Paker, con Poodle Springs de 1989 con los trabajos sin finalizar del propio Chandler y/o la secuela de Big Sleep,
Perchance to Dream de 1991. A Lawrence Osborne para
Only to Sleep ya en 2018 con un Marlowe en el Mexico de finales de los 80. Y, por supuesto, a Benjamin Black (pseudónimo de Benjamin Banville) que bajo la expresa petición de los familiares de Chandler escribió
La Rubia de los Ojos Negros.
Si hay series de ficción que te obligan a ver un capítulo tras otro, este libro te obliga a seguir leyendo página tras página, continuar con el siguiente capítulo hasta llegar al final. No me ocurrió desde el principio. Quizá porque llevaba un tiempo sin leer novela negra, quizá porque ya sabía que el libro es un grandísimo homenaje a Raymond Chandler como escritor y a Marlowe como protagonista.
Sin embargo, no hablo de haberme leído más de 20 páginas, mi memoria recobro la esencia de libros -y películas clásicas con Marlowe- que me llevaron a ese mundo de los años 50. A ese detective, siempre soltero, que recibe, sin buscarlo, la visita de mujeres increíbles -en sus medidas, en su estilo, en sus problemas…-. Algo increíble, llámalo vintage si quieres, que se vuelve y te envuelve en el mejor entorno para esta nueva historia de novela negra.